Existen muchos modelos, tanto en lo que respecta a la forma (plana, de arado, garra, etc.) como a la aleación utilizada. El ancla plana se utiliza mejor en fondos arenosos o fangosos, para un anclaje ocasional. Tiene la doble ventaja de ser barato y fácil de manejar: su peso ligero hace que sea fácil de transportar. Eso sí, no es adecuado en caso de tensión o corriente fuerte, y debe evitarse en fondos rocosos o cubiertos de algas.
Un consejo: cuando levante el ancla, recuerda siempre limpiarla bien antes de volver a salir, para evitar arrastrar algas que puedan invadir tu próximo punto de amarre.
Ve nuestra selección de anclas planas para un amarre seguro.